Recientes estudios han puesto de manifiesto la relación que existe entre la masticación y la respiración. El mal funcionamiento de la boca puede afectar a corto y largo plazo al paso del aire a través de las fosas nasales produciendo alteraciones en la respiración. A la vista de estos trabajos, el dentista adquiere una nueva responsabilidad: el mantenimiento de una correcta función respiratoria nasal.
Con la RMR lo que pretendemos es restaurar el buen funcionamiento de las funciones neurovegetativas primarias: respiración, masticación y digestión. Formando parte de nuestro programa confort de una manera fácil y sencilla corregiremos estas alteraciones mejorando la calidad de vida de todos los pacientes adultos y guiando el correcto desarrollo y crecimiento de los pacientes infantiles.
Si usted tiene problemas para respirar correctamente por la nariz (el órgano que da vida) somos su dentista. Ponemos a su disposición nuestros protocolos de rehabilitación masticatoria-respiratoria (RMR) que están haciendo felices y dando calidad de vida a muchos de nuestros pacientes.
Un reciente estudio pionero realizado en 2000 niños de primaria, pone de manifiesto que el 38% de nuestros escolares respira habitualmente por la boca. Lo más llamativo es que estos niños se resfrían más, sufren más amigdalitis, otitis, bronquitis, etc. y han de tomar antibióticos con mucha frecuencia. Además la proporción de alérgicos es el triple si los comparamos con los que respiran correctamente por la nariz.
Podemos decir que el respirador oral es el gran olvidado del sistema sanitario actual, carente de una verdadera medicina preventiva que atienda las necesidades de estos niños y también de muchos adultos.
Ante esta situación cabe plantearse algunas cuestiones: ¿Qué papel debe jugar el dentista ante la respiración oral? ¿Es suficiente con lo que estamos haciendo hasta ahora? ¿Podemos ser los dentistas los verdaderos rehabilitadores de la vías aérea superiores?